domingo, 5 de diciembre de 2021

SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO

ORACIÓN: Los profetas mantenían encendida la esperanza de Israel. Nosotros, como un símbolo, encendemos estas dos velas.

El viejo tronco está rebrotando; se estremece porque Dios se ha sembrado en nuestra carne. Que cada uno de nosotros, Señor, se abra para que nazcas, para que brotes, para que florezcas y mantengas en nuestro corazón encendida la esperanza. ¡Ven pronto, Señor!
¡Ven, Divino Salvador!

Meditar la lectura de Segunda de Pedro 3, 13-14 (RV 1960).

13. Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
14. Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz.

La esperanza del creyente se fundamenta en la promesa de llegar a disfrutar de una absoluta plenitud; claro está que la misma debe ser alcanzada de manera progresiva, es decir, no podemos esperar que todo se nos dé a manos llenas sin aportar nada. Tenemos que aportar mucho más de lo que imaginamos para que desde aquí vayamos sembrando, regando y cuidando aquello que hemos de cosechar en la eternidad.

Fuente: Minutos de amor, Arquidiócesis de Barranquilla, diciembre de 2018.

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